Os dejo un poema. Un poema de Ángel González (1925-2008) para tardes como
estas, en las que el frío (y acaso una gripe inoportuna) nos retiene
y nos deja con "un sabor a nada en la garganta".
MERIENDO
ALGUNAS TARDES
Meriendo
algunas tardes:
no
todas tienen pulpa comestible.
Si
estoy junto a la mar
muerdo
primero los acantilados,
luego
las nubes cárdenas y el cielo
-escupo
las gaviotas-,
y
para postre dejo las bañistas
jugando
a la pelota y despeinadas.
Si
estoy en la ciudad
meriendo
tarde a secas:
mastico
lentamente los minutos
-tras
haberles quitado las espinas-
y
cuando se me acaban
me
voy rumiando sombras,
rememorando
el tiempo devorado
con
un acre sabor a nada en la garganta.
Ángel
González, Breves acotaciones para una biografía.
Si
lo queréis en boca del autor, ahí os lo dejo, disfrutadlo:
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